A las Mujeres les duele

Sería dificil toparse con un individuo Provida que no sepa de la profunda impresión negativa, consecuencia psicológica del aborto, que se conoce como el Síndrome Pos-Aborto (SPA). Para la mayoría de la gente el SPA nos sugiere una imagen mas o menos indefinida de una mujer que siente bastante culpabilidad y remordimiento por haber tenido un aborto. Muchas veces se llega a saber algo del SPA porque una amiga padece del problema. Para algunas lectoras todo esto les cae intensamente personal, ya que son ellas las que sienten el SPA en carne viva. Será mi propósito dar aquí en forma muy breve el problema y sus síntomas, y luego explicar como puede Usted ayudar a la mujer que sufra esta aflicción. El Síndrome Pos-Aborto se define como la incapacidad de resolver el temor, el coraje, la tristeza y la pena que se asocian con la pérdida de un hijo abortado. EL PROBLEMA Para la mayoría de las mujeres, el aborto es una experiencia traumática, tanto física como emocionalmente. Para algunas, el impacto emocional se ha comparado al que observara entre los veteranos de la guerra de Vietnam, y entre otras que vivieran otras situaciones extremadamente traumáticas. Esta reacción se conoce como el Síndrome de Estrés Pos-Traumático. Existe un mecanismo normal de protección psicológica que cada uno de nosotros utiliza. Hay una tendencia de suprimir el recuerdo de las cosas malas y de acordarnos de las cosas buenas. Hasta cierto punto esto es normal y eficaz -o así esperamos- y a algunas mujeres parece bastarles para poder seguir con sus vidas. Para algunas, les basta por un tiempo solamente. Para otras, no les sirve en ningun momento. LA REPRESIÓN Y LA NEGACIÓN Los principales mecanismos de defensa son la represión y la negación. Tanto su consejera como el abortista habían declarado que no le molestaría el procedimiento. Sus amigas le habían asegurado que este no la molestaría nada. Habían dicho lo mismo su marido o su novio. ¡Y cuántas veces sucede que le vienen con el mismo cuento el médico que le da le referencia para el aborto, o hasta el pastor de su iglesia! Ella misma se convenció que no le molestaría, y por lo tanto, cuando ocurren los síntomas, ella niega que puedan tener relación con el aborto, y los reprime, dirigiéndolos para adentro, suprimiendo, con plena conciencia, los recuerdos- -¡No! No es por la causa del aborto que me siento así, sino porque… No es por eso que me siento tan horrible. Será que mi jefe se portó desconsiderado conmigo. No es por eso que las relaciones sexuales se han vuelto tan amargas. ¡Es que mi esposo es una bestia! No, no es por eso que noaguanto tener en mis brazos al nuevo bebé de mi hermana, ni mostrar un poco de entusiasmo por la criatura que trajo mi colega a la oficina. Por cierto. Hoy hace un año exacto que tuve el aborto (o cinco años, o diez), ¡pero la causa del malestar que siento hoy debe ser lo que comí anoche! Lo típico de éste mecanismo de protección es no hallar el vínculo entre sus problemas psicológicos o emocionales y el aborto. Otro mecanismo de protección es el de remediar el aborto teniendo otro bebé (haciendose luego una “supermamá”), o volviéndose muy activa en su iglesia, en alguna causa caritativa o en su carrera. Se trata de ofrecer pruebas de que ella es, a pesar del aborto, una buena persona. Este tipo de compensación, y otras formas de racionalización, sí sirven para algunas mujeres. Para la mayoría, sin embargo, sólo sirven por un tiempo, y entonces el problema fundamental empieza lentamnte a hervir hacia la superficie. Típicamente, los síntomas mas fuertes se reprimen por cosa de cinco años – o a veces por diez o hasta veinte. Puede suceder que al aproximarse la muerte, en la vejez, el problema se presente de nuevo. SINTOMAS Cuando ocurren síntomas, éstos se manifiestan de formas muy variadas, que pueden incluir las siguientes: •  Sentimientos de culpabilidad – ella ha matado a su propio hijo o hija – es una mala persona. Se merece cualquier desdicha que le caiga en la vida. Jamás deja de pensar así, y sus sentimientos siguen acuciándola sin parar. •  Sueños o pesadillas del bebé. •  Revivir en la imaginación, despierta o soñando, la experiencia del aborto. Puede provocarlo, por ejemplo, un ruido semejante al de la máquina de succión. •  Sentimientos fuertes de pena y de remordimiento. Se estima muy poco. Cree que es una persona llena de maldad, que se merece todos estos problemas. Que es una persona poco valiosa. Sabe que va a frecasar. ¿Por qué hacer el intento? •  Reacciones de aniversario en la fecha cuando mataran al bebé, o cuando él o ella hubiera nacido. Al llegar aquellas fechas, se pone de muy mal genio. •  El miedo a quedarse otra vez embarazada, o por lo contrario, urgentes deseos de tener un “bebé de repuesto”. •  Una disminución de los sentimientos naturales de ternura y cariño hacia otras personas, sobre todo, hacia las criaturas y sus madres antes o después de dar a luz. Esta falta de sentimientos normals la lleva a evitar tanto a los niñitos como los bautismos o las fiestas de obsequiar a la que va a ser madre con motivo del próximo nacimiento. Es incapaz de hacerle cariños a una criatura. •  La frialdad sexual. Una hostilidad generalizada hacia los hombres, pero en especial, hacia el marido, ya que éste se conformó con el aborto. Existe frecuentemente una disfunción sexual. •  Recurrencia al alcohol y a otras drogas para aliviar el dolor. Este alivio pasajero termina generalmente en mayores sufrimientos y en nuevos problemas. •  La promiscuidad. En el intento de llenar el vacío de su vida, a veces busca el consuelo en brazos de otro hombre. Igual que ocurre con el abuso de las drogas, tampoco ofrece una solución verdadera, y sólo contribuye a su progresivo decaimiento psicológico. •  La depresión puede volverse severa. … Continue reading A las Mujeres les duele